FUNDACION ALBERT EINSTEIN DE LA REPUBLICA ARGENTINA



Nuestra Fundación es una Organización No Gubernamental (ONG), civil y sin fines de lucro, cuyos objetivos son la Investigación, Publicación y Docencia, principalmente en las áreas de la
PSICOBIOFISICA y de la INMUNOGENÉTICA. Fue creada en el año 1974 en la Ciudad de Córdoba, República Argentina por su actual presidente, el Dr. Armando Oscar Gross (quien ostenta los títulos universitarios de: Médico Cirujano, Tocoginecólogo, e Ingeniero Electrónico). Al año siguiente, abrió una filial en Buenos Aires y recién en el año 1995, se abrió otra filial en la Ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina. Todas poseen sus correspondientes matrículas otorgadas por decretos de los Poderes Ejecutivos respectivos de cada Provincia, según lo establecen los requisitos legales de Personas Jurídicas. Nuestros integrantes pertenecen a dos grupos: los que están siempre dedicando tiempo a las distintas investigaciones de la Fundación, con líneas orientadas fundamentalmente a las áreas de la PSICOBIOFISICA y de la INMUNOGENÉTICA; y el otro grupo, conformado por Profesionales e Investigadores independientes INVITADOS a participar con sus trabajos, los cuales, ameritan ser publicados en este sitio de la web, por significar un verdadero aporte a la Cultura, y de cualquier área del Conocimiento, totalmente despojados de parcialidades, prejuicios raciales y/o fundamentalismos religiosos. Por supuesto, a todos ellos nuestro total reconocimiento. Cada trabajo que Usted encuentre en este sitio, está firmado por su correspondiente autor. Si necesita informaciones adicionales, o realizar alguna crítica, puede hacernos llegar sus comentarios, haciendo "clic" en "Contáctenos". Muchas Gracias.

LOS GIMNASIOS MENTALES Y MEGACEREBRO


por Armando Oscar Gross

Desde hace algunos meses, gracias a revistas nacionales y extranjeras de gran divulgación, el lector no especializado ha tomado conocimiento de la existencia de los llamados "Gimnasios Mentales"; muy de moda en los Estados Unidos de Norteamérica y en algunos países europeos.

De acuerdo a lo publicitado, usted se acomoda en un sillón anatómico, se coloca unas gafas, o unos electrodos, unos auriculares especiales, conecta los aparatos, elige el programa y ... ¿qué hay de cierto?

Muchas personas se preguntan -con todo derecho- si esto es otro "verso más" (usando el argot adolescente), para estafar a la gente.
¿Será verdad que quita el exceso de tensiones, que expande la conciencia, que nos vuelve "más inteligentes", que mejora la memoria?. En otras palabras: son las "máquinas de la felicidad", como se promociona?.
Creo que el tema merece ser analizado con seriedad y no dejarnos llevar por proposiciones que tanto pueden ser ciertas, o no, o simples extravagancias con fines comerciales. Para averiguarlo, comencemos el análisis haciendo un poco de historia.


LAS ONDAS DEL CEREBRO Y LA NUEVA ERA

Lo que para los argentinos comienza a ser una novedad para consumo, tiene en realidad ya diez años de vigencia en el mercado del llamado primer mundo, siendo su epicentro indiscutible el estado de California.
Allí se han elaborado las más increíbles tecnologías en el campo de las denominadas "máquinas mentales", como resultado de serias investigaciones científicas, que arrancaron en la década del sesenta, cuando el Dr. Cade descubrió la "biorretroalimentación", (bio-feedback), como eficaz método de aprendizaje acelerado y autoconocimiento.
Precisas observaciones de la actividad eléctrica del cerebro, habían demostrado la correspondencia entre distintos estados fisiológicos (normales), y formas de ondas características que se repetían como denominadores comunes en las distintas personas.
De igual modo, ya desde 1920 con el Dr.Berger, padre de la Electroencefalografía, se habían podido identificar algunas correspondencias entre los estados normales y patológicos. Concretamente, las ondas más características identificadas, fueron clasificadas en cuatro grupos de acuerdo a sus frecuencias (número de oscilaciones por segundo), y a sus diferencias de potencial eléctrico (voltajes).


BETA, ALFA, DELTA, THETA

El primer grupo observado, y denominado: Ondas BETA, son las de más alta frecuencia y de menor voltaje; se corresponden a los estados de vigilia y de mayor actividad lógica, pensamientos lineales, cálculos matemáticos, concentración dirigida y focalizada a la resolución de problemas. Es el tipo de ondas que predomina en los estados de vigilia, y que se hace de mayor frecuencia en los estados estresados. Ocurren entre los 14 y 20 ciclos por segundo, (otros autores dicen de 12 a 30), a veces más, y son de bajos voltajes.

Como es lógico suponer, el grupo de ondas que se estudiaron después de las anteriores, fué el que se presenta durante las horas de reposo nocturno. Estas son totalmente inversas a las del grupo Beta; conforman un espectro de muy baja frecuencia, que van desde el medio ciclo, hasta los cuatro ciclos por segundo. Su conformación es amplia y de mucho más alto voltaje que las anteriores. Están asociadas con los sueños profundos, con los estados de inconsciencia y se las denominó Ondas DELTA.

Las observaciones prosiguieron detectándose otros dos grupos intermedios, que al principio no presentaban mucho interés para el correlato patológico, pero que sí implicaría posteriormente una revolución en los conceptos de la fisiología normal del cerebro humano; y, dentro del mismo concepto, todo lo que de dichos esquemas resultara en la interpretación de conductas especiales.
Las frecuencias observadas entre los siete a doce/catorce ciclos por segundo, de mayor intensidad que las Beta, y que se presentaban generalmente cuando el sujeto experimentaba un estado de calma profunda, relajado, pero mentalmente "alerta", fueron llamadas Ondas ALFA.

Por último, un grupo de ondas cuyas oscilaciones se presentaban al profundizar aún más la relajación del sujeto adulto sano, se las denominó Ondas THETA; e implican un "adormecimiento" de la conciencia, como si ésta estuviera "fuera de foco". Ordinariamente, ocurrirían en dos oportunidades durante el día: en un período muy corto que es el que se produce en el paso de la somnolencia al sueño, y en el caso inverso antes de despertarnos y estar alertas.


Pero volvamos a las llamadas ONDAS ALFA. En los albores de la década de los sesenta, la investigación científica arrojó interesantes resultados, cuando se comprobó que existían individuos que sin mayores esfuerzos hacían que sus trazados electroencefalográficos, reflejaran ondas Alfa en abundancia; pero estos indivíduos no eran comunes: eran Yogis de la milenaria India, que cuando permanecían estáticos en sus clásicas posturas de profunda relajación, manifestaban un llamativo enlentecimiento de sus funciones metabólicas en general. Esto les implicaba un mínimo consumo de oxígeno y glucosa en el cuerpo, permitiendo que estos elementos fuesen aprovechados al máximo por sus cerebros. De esta manera, reflejaban una actividad eléctrica como la ya mencionada, pero que persistía en el tiempo aún cuando no estaban en actitud contemplativa de relajación. A dicho estado se lo denominó "estado Alfa".
Se comprobó también, que era posible entrenar a sujetos occidentales para entrar en dicho estado ya que los beneficios experimentados eran inmediatos: mayor lucidez mental, reducción del stress a niveles mínimos, sensación de bienestar general que se traducía en una increíble capacidad para soportar mejor el esfuerzo físico, mejora notable en el humor, mayor predisposición para el estudio y el aprendizaje, reducción de la ansiedad en forma drástica; y en fín, una serie de beneficios que permitían a los indivíduos ir mejorando su calidad de vida, ya que la mayoría, al experimentar estas condiciones, fácilmente corrigieron sus dietas hacia una alimentación menos tóxica. Incluso, muchos dejaron de fumar y hasta de beber alcohol.
Pero para lograr todo lo mencionado, era -y es, aún hoy- requerimiento indispensable, una tecnología correcta y la asistencia personalizada de un profesional adiestrado en la materia. No por lo peligroso, que no lo es, sino por la falta de resultados correctos que comprueben la generación de estados ALFA en tiempo real.

Los aparatos que se utilizan, son sensibles circuítos electrónicos que recogen una serie de datos fisiológicos, incluyendo el registro electroencefalográfico del sujeto; esto le permite al instructor ir documentando y guiando convenientemente la experiencia, a los fines de hacer comparaciones valederas entre lo que se registra y lo que el sujeto "visceralmente" siente y va aprendiendo, (de allí el término BIO-RETRO-ALIMENTACION).
Una vez comprobado el "estado ALFA", el experimentador puede prescindir de tanta aparatología, utilizando circuítos más simples que le informan visual o auditivamente cuando su cerebro está emitiendo dichas ondas.
Lo interesante de todo esto, es que una vez que la persona ha podido "sentir" el estado descripto, lo puede repetir sin el apoyo de aparatos especiales ni la guía de instructor alguno por el resto de su vida.
A partir de allí, cada persona tiene "su" propio método mental para conseguirlo; quizás nunca pueda explicar exactamente "cómo" lo hace, pero sí podrá decir "cuándo", por las sensaciones inmediatas e inconfundibles.

Cuando estos resultados científicos trascendieron al público, se produjo un fenómeno socio-cultural tremendo, en aquellos años, sumándose a otras transformaciones que se daban mundialmente y que caracterizó a toda una generación.
Los que promedian hoy cuarenta y cinco años de edad, saben muy bien de lo que estoy hablando: Beatles, Hippies, pelo largo, cambios sociales, revalorización de las culturas orientales, etcétera. En fín, una serie de procesos que marcaron el inicio de una nueva era con transformaciones increíbles y cada vez más profundas que ya no nos abandonarían jamás.

Pero quiero rescatar para nuestro análisis un tema que tuvo su inicio también en aquella época, dejando el resto para los sociólogos.
Se observó que bajo hipnosis, también era factible obtener estados de relajación profunda, favoreciendo y afirmando fuertes sugestiones de paz Interior, y otras muy similares a las experimentadas por los Yogis, con producción de ondas Alfa ligeras en algunas personas, y de ondas Theta medianas en otros sujetos. Todas estas pruebas fueron constatándose mediante EEGs (electroencefalógrafos).
Estos intentos experimentales fueron dejados de lado por no lograrse obtener resultados perdurables en el tiempo, de no mediar periódicas sesiones de refuerzo de las sugestiones posthipnóticas. Los que tenemos experiencia clínica en hipnosis, tanto terapéutica como experimental sabemos de la necesidad de las sugestiones de refuerzo en todo tratamiento que utilice hipnosis.
Este hecho, fué captado inteligentemente por personas hábiles, y con buen manejo de la llamada Psicología de las Muchedumbres según Le Bon. Surgieron así, los denominados "Cursos de Control Mental", que prometían el logro rápido, de todos los beneficios personales que, como enumeramos más arriba, provee el "estar en alfa".

Rescato para el lector, una anécdota personal de hace veinte años, cuando junto a un grupo de profesionales que integrábamos el histórico Centro de Estudios Psicobiofísicos, CEPSI, (que legó a la Argentina las primeras experiencias en Cámara Kirlian), pusimos en evidencia y desmitificamos a uno de esos “profesores”. Es sabido que estos indivíduos se aprovechan de la buena fe de aquellas personas que con honestidad están en la hermosa y valiente búsqueda de una mayor realización interior, y las embaucan.
Pero no todo es falso. Existe y perdura desde aquellos años, (y estoy hablando de los primeros años de la década de los ''70), una organización, que ya es internacional, que tuvo sus orígenes en Laredo (Texas), y que fue fundada por José Silva.
Este hombre, técnico en electrónica y muy inquieto intelectualmente, tuvo la idea de estudiar hipnosis primero, y de leer todo lo que de psicología cayera en sus manos. De esta manera, comenzó a planificar un método que, basándose en las sugestiones guiadas, permitiera obtener un mejor resultado en los estudios a sus hijos.
Con el tiempo, Silva comenzó a preparar grupos mayores en cantidad de personas y trascendió fronteras. De esta manera, tuvo la precaución de registrar el llamado “Método Silva”, entrando en la historia como la pionera en el denominado "Control Mental”.
Con métodos y técnicas hipnóticas cuidadosamente elaborados, Silva logra entrenamientos mentales realmente satisfactorios en la mayoría de sus ejercitantes. Pero el problema conocido como la dilución en el tiempo de las sugestiones, (como lo comentábamos más arriba), Silva lo resuelve -inteligentemente- inventando distintos “niveles” de aprendizaje para sus “graduados”. De ésta manera, tiene la excusa para volver a reunirse con los grupos, motivarlos, y reforzar las sugestiones. Como es lógico suponer, a su sombra nacieron muchos imitadores, algunos buenos y otros malos, que en el tiempo sólo ostentan el record de inventar nombres nuevos y prometer utopías.
Pero no todo se mantiene en el nivel ideal. En los últimos meses del año 96, José Silva visitó nuestro país, y tuve oportunidad de asistir a sus conferencias; en las mismas, pude comprobar que la habilidad de este hombre menudo de 83 años -aproximadamente- se mantiene intacta, desde el punto de vista del marketing. Por lo demás, lamentablemente, presencié lo que me temía: “don José” (como lo llaman sus seguidores), piensa, y lo pregona en sus conferencias, que su método puede curarlo todo; desde cánceres de distinta ubicación, hasta leucemias. Realmente fué decepcionante presenciar una clase de curanderismo, dictada por un hombre que supo ser pionero en su método.


EL SABER OCUPA LUGAR

Una de las tantas cosas que nos decían cuando éramos adolescentes (y no tomábamos muy en serio las obligaciones del estudio), era: "estudiá que el saber no ocupa lugar", (aparte del consabido: "agarrá los libros que no muerden !!"), haciendo que con la primera afirmación nos despojáramos del supuesto peligro que invocábamos para justificar nuestra holgazanería, debiendo resignarnos ante la sentencia aparentemente indiscutible y sentarnos a estudiar.
Lamentablemente, hoy en día, si somos consecuentes con la evolución de la ciencia, ya no podemos decirle lo mismo a nuestros adolescentes. Desde hace mucho tiempo los científicos afirmaron que la dimensión absoluta del cerebro tenía escasa relación con la inteligencia. Cuando pesaban los cerebros durante las autopsias, comprobaban que a veces, los cerebros de idiotas eran mayores que los de grandes intelectuales; y que a veces los genios tenían cerebros comparativamente pequeños. Y si el tamaño cerebral parecía irrelevante para la inteligencia, la idea de que se pudiera cambiar el tamaño del cerebro y/o la inteligencia, mediante experiencias, parecía absurda. En primer lugar, el que la inteligencia estuviera determinada genéticamente era un hecho generalmente aceptado. Que la gente muy inteligente nació así, y que aunque las experiencias de la vida puedan alimentar o frustrar ese potencial genético, las experiencias no podrían incrementar o reducir la inteligencia "congénita"; en otros términos, que las experiencias no pueden modificar la propia estructura del cerebro. Y finalmente, por lo general se aceptaba que el desarrollo del número total de células cerebrales que tenemos ha concluído a la edad de dos años. Pero entonces, aparecieron en escena (en los '70), el psicólogo-biólogo Mark Rosenzweig y sus colaboradores en la Universidad de California, Berkeley, llevando a cabo una serie de experimentos cuyas implicancias fueron tan inesperadas, que para muchos, aún hoy, resultaron increíbles. Cuando quedó claro que los polémicos experimentos estaban siendo ampliamente repetidos en otras universidades, con resultados no sólo similares, sino iguales, la incredulidad y el escepticismo del principio se convirtieron en aceptación universal. ("Effects of Differential Environments on Brain Anatomy and Brain Chemistry"-Rosenzweig, Bennett, Diamond; ed. Psychopathology of Mental Development, New York: Grune & Stratton, 1967.), ("Brain Changes in Response to Experience"- Rosenzweig, Edward. Scientific American Review, February 1972.).-
Los experimentos de Rosenzweig y col. habían comenzado con ratas genéticamente idénticas, divididas al azar desde el destete, en tres grupos diferentes. Cada grupo fue situado en un entorno distinto. El primero en jaulas de laboratorio corrientes de un solo nivel. Este se llamó "entorno normal". El segundo grupo fue situado aisladamente; a cada rata se la confinó en solitario en una jaula con tres tabiques opacos, escasa iluminación, poco ruido, mínimo de estímulos, y ninguna posibilidad de interacción con las otras ratas. A esto se lo llamó: "entorno empobrecido". El tercer grupo, fue criado en grupos de juego, de diez a doce animalitos, en una gran jaula de niveles múltiples y bien iluminada, llena de columpios, toboganes, escaleras, puentes, juguetes, estímulos que cambiaban frecuentemente con una serie de desafíos. Este se llamó, "entorno enriquecido". Tras períodos de tiempo que variaban de días a meses, sacaron y analizaron los cerebros de las ratas. Descubrieron que las ratas criadas en los llamados entornos enriquecidos, presentaban niveles altísimos de ciertas hormonas, (sobre todo del ester-acetilcolina, o AChE) en la corteza cerebral, comparadas con las de los otros entornos. Decía Rosenzweig, "en lugar de ser una característica individual fija, como suponíamos, aparentemente, la actividad cortical de AChE podía ser alterada por la experiencia !!. (Ob.cit.).
Dado que la actividad de AChE estaba relacionada con la "capacidad" de aprendizaje, es decir, la capacidad de procesar información, eso significaba que las ratas del entorno enriquecido tenían una capacidad de aprendizaje superior que las demás ratas, pese al hecho de que todas partieron siendo iguales. De algún modo, las experiencias habían alterado "la inteligencia" de las ratitas.

Pero si esto era sumamente sorprendente en sí mismo, mucho más significativo fué lo que siguió. Rosenzweig explicaba: "el AChE era medido en forma de actividad enzimática por unidad de peso tisular. Afortunadamente, teníamos que anotar el peso de las muestras de cerebros, para medir la actividad química por unidad de peso del tejido. Al cabo de dos años de contemplar los efectos físicos, caímos en la cuenta de que también variaba el peso de las muestras de cerebro. De alguna manera, las experiencias estimulantes habían hecho "crecer" los cerebros de las ratas. En aquél momento, las variaciones del peso de los cerebros eran más sorprendentes aún, que los cambios neuroquímicos" -sigue diciendo Rosenzweig- "porque a principios del siglo veinte la creencia de que el peso cerebral se mantiene estable frente a los estímulos que afectan otras muchas medidas corporales, se había convertido en dogma".

Estos primeros descubrimientos revolucionarios, animaron al grupo de Berkeley a seguir realizando experiencias del mismo tipo, pero con otros animales hasta llegar a los monos. Aquí se unió al grupo la Dra.Marian Diamond, que ya veremos porqué la mencionamos como muy importante. Los resultados de estos estudios fueron una serie de descubrimientos cada vez más asombrosos, cuyas conclusiones se pueden resumir del siguiente modo:
1)Mayor espesor de la corteza cerebral o "materia gris".-
2)Un aumento del 15% del tamaño real de las neuronas individuales en la corteza.-
3)Aumentos de Proteínas en el cerebro, paralelos a los incrementos del peso cortical, demostrando que el efecto del crecimiento se manifestaba en el tejido y no sólo en el contenido líquido del cerebro.-
4)Un incremento de la cantidad de ramificaciones dendríticas, lo que supone un mayor número de impulsos potenciales.-
5)Mayor número de espinas dendríticas por unidad de longitud de la dendrita, lo que implica riqueza en el potencial de interconexión entre neuronas.-
6)Incrementos del número de sinapsis y del tamaño de las áreas de contacto sináptico, lo que supone una mayor riqueza de comunicaciones en, y por, la corteza.-
7)Aumento proporcional del peso de la corteza con respecto al peso del resto del cerebro, (por lo tanto, el entorno enriquecido, no sólo estimula y activa un incremento generalizado de todo el cerebro, sino que es específicamente beneficioso para el área cerebral dedicada al pensamiento, el aprendizaje y la memoria).-
8)Un aumento del 15% del número de las células de la glía, lo cual hace cambiar rotundamente el concepto que teníamos de éllas, ya que sumado a experiencias posteriores, se sabe que actúan como adaptadoras de impedancia, control y adaptación de tensiones y frecuencias, metabolismos propios, etc., constituyendo por sí mismas, una verdadera red de comunicación adaptativa de las neuronas de un hemisferio cerebral al otro.

Experimentaciones más cercanas en el tiempo, (unos diez años apenas), orientaron a los científicos hacia conclusiones llamativas -(aún más)- sobre las células de la Glía, que pasaron a ser las vedettes de estos tipos de trabajos.
Parecería que una de las claves de la capacidad intelectual, radica en la proporción entre Glías y Neuronas en la corteza; una proporción que es, aproximadamente, de diez a uno en los seres humanos. Nuestro cerebro es unas cinco veces mayor que el del chimpancé, pero sólo contiene entre un 30 y un 50% más de neuronas. El abismo intelectual que separa al hombre (al menos la mayoría), del chimpancé, parece derivar del mayor número de células de la Glía existentes en el cerebro humano.
Gracias a la tecnología de investigación de reciente desarrollo, los científicos han podido detectar una serie insospechada de actividades en dichas células. Citemos como ejemplo, al neurofisiólogo Gary Lynch de la Univ. Californiana en Irvine, quien ha demostrado que en "el período anterior a que brote ninguna neurona, todavía, a nivel embrionario, antes de que crezca ninguna neurona, las células de la glía ya experimentan una actividad enloquecida; se dividen y mueven por el tejido intacto del cerebro. Migran atravesando grandes secciones cerebrales, para llegar al emplazamiento activo. Las que ya se encuentran allí, también experimentan reacciones increíbles. Echan ramas que se vuelven muy grandes. Todo esto, pasa antes que se produzca ningún crecimiento neuronal. Ninguno de estos descubrimientos ha sido incluído todavía en los libros de texto... Es un sistema extraño y curioso", dice Lynch.("The Biochemistry of Memory: A New and Specific Hypothesis".-Science Digest, Vol.224,pp 1057-63, 1984:Lynch, Gary, and Michel Baudry).-
También hay evidencia de que el complejo Glial tiene sensibilidad eléctrica, actuando de manera similar a semiconductores del tipo transistores de unijuntura y de efecto de campo. Existen grupos gliales que, al serles requerido de manera específica con estímulos especiales, adoptan una configuración similar a conjuntos de circuítos integrados del tipo "micro-chips", logrando reemplazar en función y acción a las neuronas.
El Dr. Brian MacVicar de la Univ. de Calgary en Alberta, ha detectado también la presencia de potenciales de acción, con cambios eléctricos autopropagados característicos de las neuronas, como también de las células musculares y endócrinas. "Se puede añadir -incluso- una función más a las acciones postuladas para las Glias", dice Mac Vicar. "Las células de la Glía pueden, perfectamente, provocar una excitación generalizada de las neuronas." Por lo tanto, un incremento del número de aquellas tiene implicaciones en todo el sistema nervioso central que todavía apenas comprendemos.

A la luz de estos resultados, queda claro, entonces, que el incremento del número de células gliales resulta de la estimulación mental, y aporta un incremento del soporte funcional y nutricio de cada neurona, lo cual, evidentemente, contribuye a un "funcionamiento" mental superior.

Y aquí es cuando volvemos a recordar a la inquieta Dra. Diamond, quien ante las conclusiones de Mac Vicar y las que había obtenido de sus trabajos, se comunicó con el patólogo que había realizado la au-topsia de Albert Einstein en 1955, logrando que se le facilitaran secciones del neocortex cerebral de éste. (Recordemos que antes de morir, Einstein dejó explicitado por escrito, el deseo de que su cerebro fuese estudiado). Diamond dijo: "...partimos de la hipótesis de que si el cerebro de Einstein era más activo en ciertas áreas, encontraríamos más células gliales en ellas". Y efectivamente, descubrió que en realidad, el cerebro de Albert Einstein contenía más células gliales por neurona en cada una de las cuatro áreas estudiadas, en comparación con las muestras de cerebros de once varones normales, con edades comprendidas entre los 47 y 80 años. "No sabemos si Einstein nació así o si se desarrolló más tarde," apuntó Diamond, "pero ésto nos dice que existe evidencia de que tenía un mayor proceso intelectual en una de las áreas del cerebro más evolucionadas." ("A Love Affair with the Brain".-Marian Diamond. Psychology Today, Noviembre 1984, Univ. de Berkeley, California).

El hecho de haberse acumulado tanta evidencia en los últimos años, sobre el crecimiento en calidad y cantidad del cerebro en los mamíferos superiores -hombre incluído- siempre y cuando se lo acicatée por métodos motivantes y con un entorno enriquecido, lo cual implica directamente un mejor y contínuo desarrollo de las llamadas facultades superiores como la inteligencia y la creatividad, también nos obliga a replantear ciertos conceptos en gerontología.

En febrero de 1984, Daniel Goleman y col., comunicaron los resultados obtenidos en un estudio realizado con resonancia magnética del cerebro, estudiando la química cerebral de humanos de ambos sexos, con edades comprendidas entre 21 y 83 años.
Descubrieron que "el cerebro sano de edad avanzada es tan activo y eficiente como el cerebro sano joven", según lo revelaron sus mediciones directas realizadas sobre la actividad metabólica del cerebro. Esto vino a corroborar las conclusiones obtenidas por Marian Diamond: "Podemos mantener perfectamente nuestro cerebro tan elástico y joven como cuando teníamos ocho o diez años de edad. Sólo hay que motivarlo".
En otras palabras, los datos experimentales acumulados hasta el presente, demuestran que el desarrollo intelectual puede continuar perfectamente hasta los 80 y 90 años de edad. Es decir, que la gente sana puede volverse cada vez más inteligente a lo largo de su vida.
Warner Schaie, junto a Roy y Janet Lachman, de la Univ. de Houston, evaluaron el tipo de inteligencia que llaman "cristalizada", y el manejo que hace la mente con esta información en función de las edades y descubrieron -además- que muchas funciones cerebrales que se suponían empeoraban con la edad, en realidad el proceso se invierte rápidamente mediante la estimulación adecuada, aumentando de los setenta a los ochenta; y lo que es más importante aún, se descubrió que el grupo más anciano recordaba la información más eficientemente que los grupos de mediana edad o los veinteañeros.
Resumiendo, la investigación reciente sobre cómo mantienen la capacidad mental en la edad avanzada, ciertas personas el Dr. Goleman y col., concluyen que los factores claves deben incluír: "...ser mentalmente activo. La gente instruída que mantiene sus intereses intelectuales, tiende a incrementar su inteligencia verbal en la edad avanzada". También es fundamental tener "una personalidad flexible. Un estudio lineal constató que las personas más capaces de tolerar la ambigüedad y disfrutar de nuevas experiencias en la mediana edad, eran los que se mantenían más despiertos mentalmente en la tercera edad".(op.cit.).-

La difundida creencia de que la edad significa decadencia mental inexorable, es actualmente insostenible a la luz de estos trabajos científicos. Según el Dr.Jerry Avorn, de la División de Envejecimiento de la Facultad de Medicina de Harvard, "lo que suele comunmente ocurrir, es que la persona de edad avanzada que ingresa a un hospital por algo como una cadera rota o una insuficiencia cardíaca, puede sentirse confusa a consecuencia de la medicación, o simplemente el ambiente extraño del hospital. Este estado es reversible; pero la familia, o incluso el médico, no reconocen este hecho. Suponen que es el comienzo de la demencia senil, y mandan a la persona a un hogar de ancianos... Nadie sabe qué proporción exacta de estas personas, en realidad no deberían estar allí... pero existe una amplia evidencia clínica de que las cifras son altas".(Goleman, Avorn y col. op.cit.). Indudablemente, la mayoría de los casos -residencias de ancianos, hospitales, jubilación, viudez- son ejemplos de "entornos empobrecidos".
Pero lo más interesante de estos descubrimientos, en lo referente a los ancianos que han presentado un deterioro mental en áreas como el tiempo de reacción, la memoria o la orientación espacial, demostraron que cuando recibían diversos tipos de información lúdica, enriquecimiento ambiental, entre ellos la práctica de juegos con computadora, o enseñanza personalizada, presentaban mejoras inmediatas y significativas en las evaluaciones de las pruebas sobre esas áreas.

Aunque en realidad nuestro escrito tiene como tema central a los llamados GIMNASIOS MENTALES, el haber hecho mención sobre lo descubierto para la gente mayor, cabe como antecedente importante dentro del mismo contexto, por lo que significa exponer nuestro cerebro a la estimulación, desafío, cambio, ambigüedad, novedad, en fín, un entorno enriquecido.
Toda la evidencia científica indica, que ya tengamos veinte, cuarenta u ochenta años, nuestros cerebros tienen la capacidad de desarrollarse, y tenemos -naturalmente- la capacidad de volvernos más inteligentes. La evidencia demuestra, que mientras más aprendemos, mayor es la capacidad de aprender aún más. Cuanta más información memoricemos, más potente se volverá nuestra memoria. No obstante, estos desarrollos -también está demostrado- no se producirán sin una estimulación suficiente, eficiente y planificada; de hecho, nuestras mentes y cerebros se deteriorarán, sea cual sea nuestra edad.


COORDINACION HEMISFERICA Y MEGACEREBRO

En los albores de la década de los setenta, se profundizaron otros estudios muy importantes, que luego se unirían en la práctica a los anteriores para una mayor comprensión de los nuevos conceptos cerebrales, resumidos aquí.
El Dr. Lester Fehmi, director del Princeton Biofeedback Research Institute, junto a sus colaboradores, comenzaron a estudiar meditadores de muchos años de experiencia; descubrieron que cuando éstos alcanzaban un estado de conciencia particular, con máxima relajación corporal, pero de intensa claridad mental, los estudios de los registros de sus electroencefalogramas arrojaban un asombroso resultado: ambos hemisferios cerebrales se encontraban sincronizados, generando ondas cerebrales iguales, en las que coincidían tensiones y fases; lo que significa que la amplitud era mayor, llegando en ciertos casos a más del doble de los valores comunes.
De manera que cuando los hemisferios cerebrales funcionaban en forma coordinada, sincronizada, la amplitud del modelo de onda de toda la corteza aumentaba en forma poderosa. Esto demostró, luego, coincidencias con las ideas de Prigogine y con las nuestras, en cuanto a que el cerebro al funcionar como una "estructura disipadora" -desde el punto de vista termodinámico- produce grandes fluctuaciones de energía, con la consecuente reorganización cerebral a un orden de mayor complejidad estructural.
Las observaciones de Fehmi de la actividad y relación de ondas cerebrales y comportamiento, le han convencido de que la sincronización hemisférica, una vez lograda en los meditadores, supone una experiencia culminante; nos dice "está correlacionada empíricamente con una fusión con la experiencia, un "entrar dentro de ella". En lugar de sentirse separado y con una estrechez de miras, se tiende a sentir más dentro de élla, es decir, la persona está unificada con la experiencia, ES la experiencia; el alcance de su conciencia se amplía muchísimo, de modo que está incluyendo muchas más experiencias al mismo tiempo. Se produce una integración sensorial de todo el cerebro, y como consecuencia "uno comienza a funcionar más intuitivamente".
La evidencia científica actual demuestra que esas fluctuaciones en el cerebro, no se producen en estados de conciencia ordinarios, "cotidianos", como cuando estamos generando ondas Beta. Las grandes fluctuaciones y la sincronización hemisférica cerebral, se producen cuando nos encontramos en estados de conciencia característicos de la respuesta de relajación, estados experimentados en la meditación, intensa contemplación interna, ciertos ejercicios yogísticos logrados en años de experiencia, y también con cierta tecnología de avanzada como las que se utilizan en los GIMNASIOS MENTALES, siempre y cuando, en éstos, haya personal profesional adiestrado que guíe al usuario.

Los aparatos que actualmente están en uso en los mencionados institutos, han sido diseñados sobre la base de comprobaciones científicas, producto de largos años de observaciones y experimentaciones. Todos utilizan tipos de energías que nuestros mismos cerebros aprovechan a diario para su funcionamiento: sonido, luz, movimiento, electricidad y magnetismo. Estas máquinas mentales, mediante el uso de sofisticadas tecnologías impensadas años atrás, concentran, modifican, e intensifican esos tipos de energías haciendo oscilar en fase y coherentemente las estructuras cerebrales, hasta un grado que rara vez se da en lo cotidiano. El resultado es una potente afluencia de energía a la que sólo el cerebro puede responder alterándose de alguna manera.
Sin embargo, no todo el mundo está tan ávido de probar el envío de estas fluctuaciones a través de su materia gris. Muchos prefieren mantenerse en su estructura cerebral actual, y no tienen ningún deseo de escapar a un orden superior. Para este tipo de gente los aparatos los atemorizan. Por ese motivo, las "Máquinas Mentales" sólo deben ser utilizadas por personas que lo deseen plenamente, que comprendan que los aparatos pueden tener -y a menudo están diseñados para tenerlo- un efecto algo trastornador sobre el cerebro; ésto, entendido en el buen sentido. Las personas con rígidas estructuras de personalidad, con una fuerte necesidad de tener todo bajo control, deben aproximarse lentamente a estos dispositivos, "a su propio ritmo".
Pero al fin y al cabo, estamos hablando simplemente de procesos para incrementar la coherencia cerebral y el crecimiento mental. Procesos que la mayoría de las personas experimenta como uno de los más placenteros de su vida. Cuando hacemos el amor, contemplamos una caída de sol, o una obra de arte o nos dejamos transportar por la música, percibiendo "visceralmente" la belleza, o sentimos el nacimiento de una nueva idea; en fín, cuando se producen en nosotros esos especiales momentos de plenitud, éxito, iluminación, paz y alegría, ése instante obedece a un proceso de reordenamiento de nuestros componentes cerebrales para acomodarse a la realidad de un modo totalmente nuevo llamado "experiencias culminantes", (según las bautizó el psicólogo Abraham Maslow, quien dedicó su carrera a explorar este fenómeno).
Una de las características principales de estas experiencias culminantes, es que son agradables. Y lo son tanto, que gran parte de la energía y tiempo la gastamos en nuestras vidas, buscando o dedicados al sexo, drogas, dinero, poder, prestigio, sabiduría, etc.; y lo hacemos con intentos mal dirigidos o confusos tratando de tener experiencias culminantes. Pero -lamentablemente- no son fáciles de conseguir. A través de la historia hemos producido muchos intentos para idear técnicas que nos permitieran activar experiencias culminantes, que -a veces- han tenido efectos secundarios nocivos y que prácticamente, siempre han requerido disciplina y una larga y rigurosa práctica. Entre ellas, podemos citar, algunas formas del yoga, meditación, tantrismo, danzas derviches, música hechizante, el ayuno, las drogas y las prácticas religiosas.
En líneas generales, la disciplina y la práctica son buenas cosas; pero en nuestra cultura impaciente y escéptica, la gente gusta de tomar atajos. Al decir de Hutchinson, el resultado final es una pérdida de fe en la existencia de experiencias culminantes y de estados superiores, con un abandono sarcástico de la búsqueda de dichos niveles de desarrollo mental, aduciendo que son falsas ilusiones de almas demasiado débiles para afrontar los hechos del frío, duro y brutal mundo, que a la final, es carente de experiencias culminantes.
Mihaly Csikszentmihalyi, científico de la Universidad de Chicago, ha llegado a la conclusión que dichas experiencias son intrínsecamente gratificantes, es decir, participamos de ellas no por obtener gratificaciones externas, "no como compensación de deseos pasados, no como preparación para necesidades futuras, sino como un proceso en curso que proporciona experiencias gratificantes en el presente."
Analizando una significativa casuística de cientos de sujetos dedicados a distintas profesiones y oficios, descubrió que el resultado en sí de esas actividades, podía ser incierto ("como explorar un lugar desconocido"), pero "el que lo vive es potencialmente capaz de controlarlo". Los sujetos estudiados eran jugadores de ajedrez, cirujanos, escaladores, artistas plásticos, científicos, y otras personas que hacían cosas no por conseguir gratificaciones externas, sino -todo lo contrario- simplemente, porque disfrutaban con ellas.
Todos los sucesos intrínsecamente placenteros, están vinculados por el hecho de que proporcionan a quienes los viven, una sensación de "fluidez", y esa experiencia de fluidez, aunque es placentera, no es necesariamente confortable, ya que la gente renunciará al confort por conseguirla. Más que con el confort, la fluidez tiene que ver con la "solución de problemas", el "desafío", la "novedad", y el "explorar un lugar desconocido". No es aburrido, ni se domina fácilmente, ni es tan extraordinariamente difícil como para provocar una ansiedad insuperable.
Las conclusiones de Csikszentmihalyi, establecen una escala pendular de "aburrimiento-ansiedad", con el necesario sentimiento de "fluidez" que debe acompañar la experiencia. Esta fluidez es provocada por el "entorno enriquecido". Vemos cómo, sinónimo de fluidez es aprendizaje. Y, como nosotros afirmamos, aprendizaje es INFORMACION.
Finalmente, la escala de "aburrimiento-ansiedad" nos vuelve a la idea del cerebro en tanto que estructura disipadora. Si la estructura recibe una alimentación insuficiente de energía, en términos de Prigogine; es decir, sufre aburrimiento -según Csikszentmihalyi-; o no recibe más información ANTIENTROPICA, según nuestra postura, deja de crecer cualicuantitativamente y empieza a deteriorarse. Pero si el flujo de energía que atraviesa la estructura es excesiva, las fluctuaciones se tornan demasiado violentas y no pueden ser convenientemente absorbidas o amortiguadas, la estructura se desestabiliza, (lo que Csikszentmihalyi denomina ansiedad).
Entre estos dos extremos hay una gama de alimentación de energía suficiente para desafiar e inducir a la estructura (cerebro), a un cambio. Por lo tanto, el concepto de "fluidez" se puede considerar como equivalente de las postulaciones de Prigogine sobre las estructuras disipadoras.
Esto nos explica lo que les sucedía a las ratas de Berkeley, que aprendían porque se sentían desafiadas pero no excesivamente desafiadas, porque su entorno se encontraba acotado entre el aburrimiento y la ansiedad. La corriente de energía y materia (INFORMACION), que llegaba a sus cerebros era suficiente para hacer que sus estructuras disipadoras cerebrales escaparan continuamente a un orden superior sin desgarrarse. Las conexiones están claras: la fluidez es aprendizaje. Son experiencias placenteras que enriquecen el cerebro, amplían la mente. Y la expansión de la mente se acompaña de fluidez, en una in-terminable espiral ascendente de evolución cerebral mediante la evasión a un orden superior, anti-entrópico. En otros términos, pasaríamos a tener algo más que un un cerebro: un MEGA-CEREBRO.

En términos de referencia, que para nosotros es un verdadero orgullo como argentinos, debo citar los trabajos del Dr.José Alvarez López, físico relativísta, que ya en los años sesenta exponía (en un meduloso y genial libro titulado "El Hata Yoga y la Ciencia Moderna", cuya lectura recomiendo calurosamente), sus observaciones y comparaciones sobre la filosofía yoga, demostrando su importante dialéctica en la comprensión de la vida y la superioridad de los conceptos orientales sobre la filosofía positivista. Sus conclusiones sobre la percepción y ritmo vital de la escala acotada entre angustia-placer que hace el yoga, se pueden considerar equivalentes a las conclusiones de Csikszentmihalyi, pero enunciadas veinte años antes. Asimismo, en sus observaciones sobre la fisiología del sistema nervioso central y periférico, nos dice: "...podemos interpretar su funcionamiento en base a variaciones de conductancia y sintonía de vías y centros, promovidas por variaciones físico-químicas; pero en todos los casos entenderemos que el proceso se asocia a una sensación de angustia o placer en el centro correspondiente". Y ésto, lo decía Alvarez López en los años sesenta...!!!


RELAJATE Y ANDA

A la luz de estos nuevos conceptos que hemos venido haciendo referencia, es inevitable concluir la importancia de los beneficios que reporta la relajación, como respuesta a la vida estresante que nos impele el ritmo alocado en que vivimos. Está demostrado que mientras más tenso se encuentra el individuo, más se dificulta el aprendizaje. Como contrapartida, el estado de relajación física induce inmediatamente la relajación mental, correspondiendo -a su vez- la situación recíproca, de automática relajación somática ante la relajación mental. A pesar de ser una respuesta innata en los humanos (y mamíferos), el de pasar de un estado sumamente alerta al de relajación profunda, es evidente que por culpa de la presión de los hábitos de la vida moderna, dicha respuesta está distorsionada. Pero existe un principio (el de eufunción), que nos ha impulsado a través de los tiempos, a experimentar distintas técnicas que nos permitan lograr un estado de verdadera relajación profunda.

En los últimos años los científicos han intentado encontrar los factores comunes de todas las técnicas conocidas y que logran producir, lo que el Dr. Herbert Benson denominó "respuesta de relajación". Se llegó a la conclusión de que los requisitos básicos para provocar esa respuesta, deben ser:

1)Un "estímulo constante", por ejemplo, un sonido, una palabra o frase repetida silenciosa o audiblemente, o la mirada fija en un objeto. La finalidad de estos procedimientos es salir del pensamiento lógico, que normalmente está dirigido hacia el exterior.

2)Una "actitud pasiva". Cualquier suceso o pensamiento externo y distrayente que se produzca durante la práctica debe ser ignorado y hay que volver a dirigir la atención -en forma natural- a la técnica.

3)Un "tono muscular reducido. El sujeto debe encontrarse en una postura cómoda que requiera el mínimo trabajo muscular." Pero no debe estar acostado, porque es muy posible que se duerma.

4)Un "ambiente tranquilo con estímulos ambientales reducidos"("Historical and Clinical Considerations of the Relaxation Response". Benson, Herbert & col.- American Scientist, July-August 1977.).-

Lo demostradamente interesante, es que las denominadas "MAQUINAS MENTALES" aportan los cuatro elementos básicos que Benson considera como esenciales para obtener una verdadera "respuesta de relajación". En general, producen un estímulo constante, que es o bién una luz, un sonido, movimientos corporales o vibraciones, un campo electromagnético, o alguna combinación de éstos. Además, los "gimnastas" deben asumir una actitud pasiva, adoptar una postura cómoda de manera de tener un tono muscular reducido, y utilizar -finalmente- los aparatos en un ambiente tranquilo. Obviamente, dado que la tensión, o estrés, entorpece el funcionamiento mental y la relajación lo mejora; y el simple hecho de que estas máquinas inducen rápidamente a una relajación profunda, ya queda explicado parte de la mejora del funcionamiento mental experimentado por los "neurogimnastas".


MEDITACION TECNIFICADA

Estoy muy seguro de no equivocarme cuando afirmo que somos muchos los que opinamos que indudablemente, durante los últimos años se ha producido una verdadera explosión en la investigación científica, sobre los diversos métodos de meditación y de alteración de la conciencia por medio de sistemas naturales y técnicos no invasivos como los que estamos describiendo.
Los métodos de laboratorio, consisten en ensayos radioinmunológicos sofisticados para medir el nivel de varias substancias neuroquímicas, indicadores muy sensibles de funciones, como la respuesta galvánica de la piel, la tensión muscular, y el consumo de oxígeno; también electroencéfalogramas(EEG's) informatizados que proporcionan mediciones sumamente exactas de la actividad eléctrica del cerebro, incluyendo valores como el cociente de neuroeficiencia (NEQ), el potencial medio evocado, y la actividad de ondas cerebrales, de manera directa o por zonas (mapeos).
Aunque se ha utilizado un sin fín de métodos para inducir el vacío característico de los estados meditativos, los científicos han descubierto que todos tienen los mismos efectos importantes sobre la mente y el cuerpo. Entre estos efectos, muchos incrementan claramente las capacidades mentales del individuo. Entre los resultados demostrados de la meditación profunda, tenemos:

-Reducción de la tensión. Los niveles de substancias relacionadas con la tensión y el stress, como la adrenalina, el cortisol y el ácido láctico, se reducen drásticamente. También disminuyen la presión arterial y el ritmo cardíaco. Como hemos visto, la tensión y el stress entorpecen el aprendizaje, el pensamiento claro y la creatividad. Se ha demostrado, por estudios recientes, que una presión arterial crónicamente elevada, también ocasiona una reducción de la inteligencia medida por diversas pruebas de coeficiente intelectual y de rendimiento. Probablemente esta reducción está relacionada con una disminución del aporte de oxígeno y otros nutrientes transportados por la sangre al cerebro, obedeciendo a una constricción de los capilares provocada -justamente- por la presión arterial elevada.
-Relajación profunda. La tensión muscular, el consumo de oxígeno y la conductividad de la piel (indicadores de tensión y vigilia física y mental), se reducen de una manera realmente llamativa. Gran cantidad de estudios (entre ellos los de Georgi Lozanov sobre el "superaprendizaje" y la investigación de Thomas Budzynski sobre el "aprendizaje crepuscular"), han demostrado que el cerebro es capaz de asimilar, procesar y guardar mucha más información cuando el cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda, que cuando está tenso.
-Sincronización Hemisférica. La actividad eléctrica de los dos hemisferios cerebrales se vuelve coherente, en fase, y favorece eficazmente un estado de conciencia de todo el cerebro, en el que ambos hemisferios funcionan juntos, integrando dos modos de pensamiento diferentes (verbal y visual/espacial, analítico y sintetizador), y producen mejoras de ciertos tipos de funcionamiento mental.
-Mayor capacidad de atención. Las pruebas de EEG's pueden medir la atención, observando la cantidad de habituación que presentan los sujetos a diversos estímulos, como un chasquido. En un estado de conciencia "normal", los sujetos se habitúan rápidamente a los estímulos; mientras que los que se encuentran en un estado de real meditación, de vacío mental, mantienen altos niveles de atención.
-Mejora del tiempo de reacción. Los estudios demuestran que los meditadores reaccionan a un estímulo externo por lo menos un 30% más deprisa que los no meditadores; y cuando se les somete a pruebas después de un período de meditación, los meditadores mejoran otro 15% más, mientras que los no-meditadores, después de relajarse durante el mismo período de tiempo que los meditadores dedicaron a la meditación, empeoran un 10%.("The Brain Revolution".-Ferguson, Marilyn.Scientific American. New York 1975).-
-Incremento de la agudeza sensorial. Los meditadores informan que después de la meditación, el mundo parece más fresco, los colores más intensos, los placeres sensuales más deliciosos. Los estudios sobre meditadores evidencian incrementos espectaculares de agudeza visual; otros estudios demuestran que la meditación rebaja el umbral auditorio de discriminación de frecuencia y amplitud. (op.cit.).

Se ha descubierto que los períodos de meditación profunda mejoran en general el funcionamiento mental de otras muchas maneras. Actualmente, la evidencia de los beneficios de la meditación son tan apabullantes que incluso los educadores, terapeutas, científicos, artistas, ejecutivos, atletas y profesionales de educación física más tradicionales y conservadores, aceptan el hecho de que la meditación puede ser sumamente útil y productiva.
Desgraciadamente, muchos han descubierto que ésto no es algo fácil de lograr. Primero que nada, para llegar un estado de meditación profunda hay que lograr una relajación que sea, también, suficientemente profunda, para que posteriormente, al llegar a los primeros niveles productivos de meditación, la "retroalimentación" se produzca, haciendo que comience a profundizarse la relajación; ésto, a su vez, profundiza la meditación favoreciendo el estado de "vacío" tan característico, haciendo que el cuerpo no sea "sentido".
Pero, de hecho, está demostrado que un importante porcentaje de personas no sabe lograr ni siquiera un incipiente estado de relajación. Menos aún de relajación profunda. Cuando le decimos a una persona que se relaje, en realidad, lo único que hace es "soltarse" un poco y entonces afirma que está relajado; pero al comprobar la tensión muscular con un electromiógrafo, se hace patente que incluso cuando se está "relajado", la mayoría sigue agarrotado por la tensión/tensiones que se han vuelto parte integrante de todos nosotros, hasta el punto de que ni siquiera se es consciente de ello.
De manera pues, que la mayoría tiene que aprender a relajarse profundamente; y aprender esto implica invertir tiempo y esfuerzo disciplinado. Pero la autodisciplina es una cualidad de la que no andamos demasiado sobrados. Y tiempo? Bueno, hoy en día quién tiene tiempo para pasarse una hora diaria para aprender a relajarse?. Dicen que el tiempo es oro, no?

Supongamos que hemos logrado aprender a relajarnos realmente de manera profunda. El siguiente paso es aprender a centrar la atención, hasta el grado de alcanzar un verdadero estado de vacío. Esto también requiere esfuerzo, práctica, tiempo, disciplina.
Está comprobado, que la mayoría de las personas que comienzan a meditar, abandona al cabo de pocos meses. Esto demuestra que algo no anda bien y que no es fácil.
Mucha gente encuentra que son necesarios muchos meses de meditación decidida -los que tienen tiempo- antes de conseguir entrar en el auténtico estado meditativo. E incluso muchos se engañan a sí mismos. Excelentes estudios sobre los meditadores más avezados, demostraron que un número significativamente importante de los que afirmaban encontrarse en meditación profunda, en realidad no lo estaban; sus indicadores cerebrales, sometidos a un simple estudio electroencefalográfico, demostraban que simplemente se encontraban relajados sin las fuertes ondas alfa-theta y la sincronización cerebral de ambos hemisferios que caracteriza la verdadera meditación.
Ornstein señala que "las dificultades para alcanzar ese estado tan particular en la forma habitual, dicen los portavoces de las disciplinas de meditación, son que los medios corrientes resultan ineficaces, que las personas normalmente se ocupan de dimensiones irrelevantes, y que los propios medios corrientes no producen a menudo el estado subjetivo deseado, y que, si lo producen, sus efectos no persisten". (Ornstein, Robert and Naranjo, Claudio. "On the Psychology of Meditation". New York: Viking, 1971).

En pocos términos: aunque la meditación sea deseable, es mucha tela para cortar, y a mucha gente le parecerá que exige demasiado esfuerzo para alcanzar beneficios que parecen muy lejanos. Pero, como ya hemos visto antes, la meditación funciona sacando partido de una peculiaridad de nuestro sistema nervioso: cuando centramos nuestra atención en un estímulo invariable, nuestra conciencia alcanza un punto de vacío, en el que experimentamos el llamado vacío, nada, infinidad, ausencia de tiempo, satori, samadhi, concentración, aniquilación de la memoria, paz, etcétera; produciéndose un fenómeno de borrón sensorial, o de "ganzfield", haciendo que nuestro cerebro se desconecte de toda la información innecesaria que proviene del exterior, permitiendo que la mente "reflexione",(o sea, que se refleje), y se ocupe de sí misma; experiencia que de por sí, es muy poco común. Todo esto, obviamente, permite que los mecanismos naturales de homeostásis nivelen nuestro cuerpo desde adentro hacia afuera liberando tensiones y relajándonos.

Ahora bién, qué pasaría si encontráramos algún aparato o técnica que nos permitiese entrar fácilmente en el estado de meditación tan deseado, de manera rápida y que todos pudieran utilizar fácilmente? Porque entonces, si produjera el estado de vacío que es la clave de los beneficios de la meditación, seguramente un aparato tan práctico produciría los mismos efectos físicos y mentales de la meditación, sólo que sin toda la disciplina, tiempo y galimatías místico necesarios para la meditación.
Como hemos visto, los diversos métodos y técnicas utilizados en el mundo a través de la historia del hombre, para lograr estados meditativos, ya sea la danza derviche, el canto, la respiración, la contempla-ción de símbolos, o la invocación de un mantra, no tienen importancia o valor en sí mismos, sino únicamente son MEDIOS para poder poner en funcionamiento el fenómeno de "apagón" del cerebro (ganzfield), con el consabido resultado benéfico psicológico. Una máquina que pudiera producir este estado tan particular en unos pocos minutos, sería -de por sí- simplemente, una técnica meditativa más eficaz.

Evidentemente, que muchos de los que consideran a las técnicas meditativas valiosas en sí, y aprecian que la meditación es un tipo de disciplina religiosa o espiritual, se reirán de la idea de que una máquina pueda hacer entrar a cualquier idiota en meditación profunda. De alguna manera parece un sacrilegio. Pero, lamentablemente, la cuestión es que el objetivo de todas las técnicas meditativas, que es alcanzar las experiencias que hemos ido explicando, no es un objetivo intrínsecamente religioso. Más bién, es un objetivo que apunta hacia la obtención de un alto nivel de claridad mental, una mayor inteligencia y creatividad, una mejora de las reacciones neurológicas y musculares, mayor atención y concentración, relajación profunda, mejor coordinación, intensificación de la agudeza sensorial, y en fín, una sana orientación evolutiva cierta y científicamente demostrada. Que estos beneficios se puedan orientar hacia fines religiosos o espirituales no hay dudas; pero también se pueden utilizar para jugar mejor al tenis, intensificar las experiencias sexuales, escribir mejores poesías, pintar mejor, memorizar papeles, o hacer mejor los deberes de matemáticas, etc, etc.
Si esta tecnología, bien dirigida bajo la supervisión de profesionales, nos puede llevar a esos niveles con ahorro de tiempo y esfuerzo, que de otro modo nos llevaría meses o tal vez años, indudablemente optaremos por ella.


UN PENSAMIENTO CADA OCHO HORAS POR VIA INTRAMUSCULAR

Hace casi veinte años, David Krech, psicólogo experimental de la Univ. de Berkeley, colaborador de Mark Rosenzweig en aquellos primeros experimentos con ratas criadas en entornos enriquecidos y empobrecidos, manifestó una afirmación que fue muy polémica en su tiempo: "Llegará el día en que tengamos los medios y por consiguiente, inevitablemente, la tentación de manipular el comportamiento y el funcionamiento intelectual de todo el mundo a través de la manipulación ambiental y bioquímica del cerebro".
Actualmente, la predicción de Krech se ha cumplido, ya que los psiquiatras y demás profesionales médicos manipulan rutinariamente las emociones, comportamientos y funcionamiento intelectual de los pacientes, con montones de drogas psicoactivas que imitan en mayor o menor medida, las acciones de los neurotransmisores y péptidos naturales, pero estimulando o suprimiendo -en realidad- síntomas.
Si podemos llamar revolución a las convulsiones de la neurociencia, entonces uno de los investiga-dores que dió el primer gran golpe fue Pert, quien, en 1973, trabajando con Salomon Snyder, descubrió el RECEPTOR OPIACEO. Tras este genial hallazgo, llegó otro: el descubrimiento de las "endorfinas". Luego siguieron otros péptidos más, así como el descubrimiento de varias docenas de distintos tipos de receptores de membrana celular cerebrales, verdaderos "ojos de cerradura" moleculares con formas únicas concebidos para recibir substancias químicas naturales del cerebro que aún hoy, no han sido descubiertas.
Precisando el concepto, diremos que una substancia administrada a nuestro organismo, por cualquier vía, debe sufrir una cierta transformación química en su molécula (generalmente en el hígado), para que -al llegar por la sangre al lugar que se supone debe actuar- sea "reconocida" por una molécula a la cual se fija, permitiéndosele de esa manera que actúe -gracias a ese receptor- ejerciendo su potencial electroquímico. Si no existe el receptor específico, la substancia (o droga), no actúa.
Al descubrirse -oportunamente- los receptores de las llamadas benzodiazepinas, (Valium, Librium, etc.), se comprendió el porqué, y a qué nivel actúan. Lo interesante ocurre cuando se transforma la oración en pasiva; acaso la naturaleza supo o previó -al dotarnos de receptores de ése tipo- que inventaríamos las substancias benzodiazepínicas? Más bien, cabe pensar en forma inversa: nuestro organismo tiene esos receptores y otros más, porque somos capaces de fabricar nuestras propias substancias, que podríamos llamar, Valium "natural", Librium "natural", morfina "natural", etc, cuyas acciones reducen la ansiedad, la tensión muscular -por ejemplo- sin provocar el cansancio, la confusión y los demás efectos secundarios tan conocidos de aquellas drogas sintéticas.

Alexander Shulgin, investigador de fármacos de la Univ. de California, ha estado experimentando con drogas que, según sus afirmaciones pueden mejorar la imaginación y la creatividad y agudizar las percepciones. Dice Shulgin: "Varios materiales con los que he trabajado son verdaderos "amplificadores" de sentidos concretos que mejoran el sentido visual, de interpretación del color, o la agudeza auditiva, sin interferir en el resto del cuerpo con efectos secundarios indeseables, como intoxicación, dependencia, o confusión. La droga lo cataliza". Y sigue -eufóricamente- prediciendo: "Llegará el día en que aislemos todos nuestros sentidos y capacidades -las visuales de las auditivas, la táctil del olfato así como el ingenio, la capacidad intelectual, la creatividad- y las mejores con fármacos específicos de alta pureza".("Mood Control", Gene Bylinsky. New York:Scribner, 1978.).-

Otros investigadores están experimentando con una serie de "píldoras de la memoria" para estimular el aprendizaje, ya que también se encontraron receptores en los centros de memoria del cerebro. Como los neurocientíficos siguen descubriendo nuevos receptores, muchos afirman que pronto se los contará por miles.
Aunque las substancias químicas cerebrales ya han revolucionado, indudablemente, los tratamientos psiquiátricos y prometen mejorar el funcionamiento mental en personas normales, sanas, muchos no consideran que las alteraciones de conciencia inducidas por drogas sea una perspectiva feliz en absoluto. Las drogas cerebrales no son plenamente aceptadas, ni probablemente lo sean nunca, como un elemento cotidiano de una vida natural y sana. Para muchos, el mero hecho de que sean sintéticas, fabricadas mediante productos de laboratorio, las hace sospechosas. "No existe un aparato social, científico o médico para optimizar el comportamiento humano normal", dice el Dr. Arnold Mandell, que es psiquiatra bioquímico y creador de nuevas drogas. "Creo que nos llevará décadas, porque en nuestra sociedad no se fomenta la introducción de drogas que mejoren el rendimiento o la vida. Bajo qué auspicios podríamos administrar una "droga de la creatividad", por ejemplo? No es que uno esté enfermo, de modo que ningún médico estimaría lógico recetarlo. Este trabajo se topa con un muro".(op.cit.).-
Candace Pert dice:"Nuestras drogas todavía son muy toscas". Predice que pronto los científicos tendrán un gama de drogas muy perfeccionadas más específicas y de efectos más controlados. Pero también admite que las drogas no son la respuesta. "De todos modos, todo está en el cerebro", dice. "Tal vez esto signifique que las drogas nunca serán tan sutiles como nuestras propias sustancias neuroquímicas, que pueden ser liberadas en un punto y no en otro. Las drogas sintéticas asaltan a todo el cerebro a la vez. El tratamiento psiquiátrico futuro tal vez consista en autohipnosis, meditación, ejercicios, técnicas de control mental, modificación de la dieta y demás, quién sabe... De cualquier manera las drogas sólo son análogos burdos de nuestras sustancias químicas internas, y tenemos evidencia de que los sucesos de la vida activan la liberación de sustancias neuroquímicas". ("Endorphin Link to Pain Relief Is Confirmed": Medical World News, February 19, 1979.)("The Endorphyns: the Body's Own Opiates": Harvard Medical School Health Letter, January 1983.)("Endorphins Trigger Isolation-Tank Euphoria". Brain/Mind Bulletin, Vol.9(1984),No.4.).-
Otros científicos están de acuerdo en que al fin y al cabo, las técnicas para estimular naturalmente nuestras propias sustancias neuroquímicas, son -evidentemente- preferibles a las drogas. "Una droga no es más que un catalizador muy rápido, muy accesible", dice Shulgin. "Lo único que hace una droga, es catalizar lo que puede ser catalizado de otras muchas formas". James McGaugh, investigador de la Univ.de California, en Irvine, pionero en el campo de las drogas potenciadoras de la memoria, expresa: "las drogas no hacen nada que no se pueda hacer proporcionando más experiencia".(op.cit.).

Experiencia. Esta palabra nos remite de nuevo a los experimentos de Rosenzweig, Marian Diamond, David Krech, Edward Bennet y tantos más, que demostraron la importancia de los entornos enriquecidos. Que demostraron lo trascendental de la experiencia motivada adecuadamente, lúdicamente, logrando en los animales de experimentación, cerebros más grandes a nivel del córtex, más células de la glía, neuronas mayores y más complejas, dendritas más largas, más espinas dendríticas, áreas post-sinápticas más grandes. Cerebros que poseían mayores niveles de neurotransmisores. Asimismo, cuando se experimentaban sus niveles de memoria en tanto que aprendizaje, y otros tipos de inteligencia, los animales de los entornos enriquecidos eran muy superiores. En palabras de Marian Diamond, "EL FACTOR PRINCIPAL ES LA ESTIMULACION. . . LAS CELULAS NERVIOSAS ESTAN DISEÑADAS PARA RECIBIR ESTIMULACION".
("A Love Affair with the Brain". Marian Diamond, Psychology Today, November 1984.).-

Hoy en día, no cabe duda. Algunos tipos de experiencias o estimulación o influencias ambientales pueden provocar la producción de neurotransmisores cerebrales benéficos y deseables. Varios miles de estudios sobre meditadores, por ejemplo, demuestran que esta técnica para alterar la estimulación del cerebro puede inducir cambios drásticos en la química cerebral y provocar -por consiguiente- el aumento de una serie de funciones mentales, entre ellas las memoria, el coeficiente intelectual, el coeficiente de neuro-eficiencia, y la creatividad.
Otros estudios indican que correr -inclusive- puede hacer que el cerebro libere grandes cantidades de endorfinas. Además de la meditación y el ejercicio, Pert nos cita la auto-hipnosis, el control mental y la modificación de la dieta como otras formas de alterar los niveles de sustancias neurotransmisoras, como ya lo hemos señalado más arriba.
También un estudio reciente ha demostrado que el reír (o simplemente: sonreír), es una forma rápida de aumentar los niveles de ciertas sustancias benéficas para nuestro organismo, como -asimismo- la disminución de otras dañinas para la salud. ("Study Says Smile May Indeed Be an Umbrella". Harold Schmeck. New York Times, September 9, 1983).
También hay evidencias de que experiencias novedosas, como aprender a tocar un nuevo instrumento musical o estudiar un nuevo idioma de adulto, provoca cambios en la química y estructura cerebral. En la misma historia de la ciencia se ha observado a menudo que muchos pensadores originales eran "flores tardías", que cambiaron de actividad en la mediana edad. Ejemplos de ellos son Francis Crick, que empezó su carrera como médico y hasta los treinta y tantos años no se le ocurrió dedicarse al estudio de la biología molecular; pero después, cuando lo hizo, contribuyó al descubrimiento de la estructura del DNA. Leo Szilard, que se hizo biólogo cuando rondaba los cincuenta. W. Ostwald, premio Nobel de Química que se pasó a las matemáticas y elaboró la primera teoría matemática del color a la edad de 59 años, y Luis Pasteur, que desarrolló la teoría de los gérmenes patógenos bien cumplidos los cuarenta. Szilard y Ostwald han recomendado que quienes estén interesados en un crecimiento intelectual contínuo, utilicen este "efecto de principiante", y abandonen su área de pericia o investigación especializada "cada cinco o diez años, para explorar un nuevo problema o campo fascinante, pero sobre el cual, lo ignoren prácticamente todo". Sometido a un nuevo bombardeo de experiencias y estimulaciones el cerebro se ve obligado a crecer, hacer nuevas conexiones neurales, crear nuevos caminos químicos, conservar su plasticidad juvenil, ver el mundo con ojos nuevos. Y sinó, recordemos a nuestro Ernesto Sábato, Doctor en Física y Matemáticas, que ya cuarentón se volcó con total pasión "de principiante"(como él lo dice), hacia la filosofía y la literatura, para veinte años más tarde seguir el camino de la pintura.

Con esto en mente, podemos comprender uno de los motivos principales del interés floreciente por las llamadas "MAQUINAS MENTALES". Estos aparatos presentan eficazmente al cerebro humano ráfagas concentradas de experiencias y estimulaciones cuidadosamente programadas, del tipo que provoca que el cerebro emita o aumente la producción de sustancias químicas neurotransmisoras asociadas al placer, el aprendizaje, la memoria y la creatividad. Son el equivalente tecnológico de los entornos super-enriquecidos que los científicos descubrieron que podían estimular en pocos minutos un crecimiento cerebral igual al logrado al cabo de un mes en un entorno enriquecido normal.

Son máquinas, sí, pero en cierto modo son realmente naturales, ya que funcionan haciendo que el cerebro -y a través de él, todo el cuerpo- libere sus propias sustancias químicas naturales y acelere su pro-ceso de crecimiento natural. Es decir, actúan como drogas, pero no lo son. No invaden el cuerpo, ya que sólo emplean luces parpadeantes, un camastro móvil, una luz invariable, ondas sonoras en fase, una solución de agua salada en una cámara oscura; y no como las drogas, sustancias sintéticas que pueden producir efectos secundarios indeseables. Al igual que las drogas, pueden actuar rápidamente, poderosa-mente, y sin ningún esfuerzo por parte del usuario. Pero a diferencia de las drogas, estas máquinas permiten que uno mismo controle la intensidad y la cantidad de la estimulación sin crear dependencia, y decidir cuándo poner fin a la experiencia en cualquier momento; mientras que metabolizar y expulsar del cuerpo las drogas sintéticas lleva desde horas hasta días, además de sufrir los secundarismos funestos.
Estas máquinas pueden incrementar e intensificar las percepciones, sentidos y sensaciones, al ponernos en íntimo contacto con nosotros mismos, incrementando -de alguna manera- el conocimiento de uno mismo enriqueciendo nuestras mentes, aumentando nuestra libertad personal. Se las puede llamar con toda propiedad: "instrumentos de autenticidad" (del griego: authentes: "el que hace algo con sus propias manos"). Las experiencias que nos proporcionan son reales, genuínas, verdaderas, fiables, auténticas. Estas máquinas, al permitir conocernos mejor, pueden enseñarnos a confiar más en nosotros mismos. De ese modo pueden aumentar nuestra fuerza como individuos, lo cual no es poco.

Las evidencias acumuladas, nos indican actualmente que la evolución no era como creíamos: una suave y contínua curva ascendente. Se acepta la teoría "saltatoria" en la evolución, por "quantums" o "por paquetes de energía-informática", lo cual reforzaría el hecho de que, el cerebro humano, se produjo muy deprisa; tan deprisa que en cuestión de unos cuantos cientos de miles de años -más o menos-(después de todo un mero parpadeo en la historia evolutiva), el cerebro de nuestros antepasados duplicó su tamaño. Fue un crecimiento tan rápido que se le ha llamado "la explosión cerebral".
Es muy interesante destacar que ahora, los antropólogos relacionen ese crecimiento explosivo del tamaño cerebral, en su mayor parte del neocórtex, con el momento en que los seres humanos empezaron a utilizar herramientas. Las herramientas son, claro está, fundamentalmente máquinas. De manera que las posibilidades que hemos venido explicando -que una máquina o aparato pueda interactuar con el cerebro de forma que estimule el crecimiento cerebral- no sería nada nuevo ni extraordinario; sería simplemente la aplicación del ímpetu central de la misma evolución humana.

Armando Oscar Gross - Primavera de 1991.-
Copyright by Gross/Patagonia Argentina.-

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